“El futuro va a llegar antes”

Pablo Rodriguez
6 min readApr 29, 2020

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Vivimos en una época de disrupción, un tiempo entre dos historias: una que ya no nos sirve y la otra que aún no se ha escrito.

(originalmente publicado en La Vanguardia 27/4/2020)

Estamos en uno de esos momentos en el que el futuro, que a veces nos parece tan lejano, de repente se nos cruza y nos damos cuenta de que ya esta aquí con nosotros — poniéndolo todo patas arriba.

Estos días, desde mi casa en Barcelona, tengo la sensación de que en mi vida, una serie de puntos disconexos de repente se han unido, haciendo que cosas que había hecho de forma intuitiva y sin haber planificado de repente toman sentido. Como si la vida me hubiese estado preparando para este momento.

Hace años trabajé en entender como los virus informáticos se propagan por Internet aplicando la ciencia de los epidemiólogos, y hoy pienso en como los epidemiólogos pueden usar la experiencia de los virus informáticos y sus modelos de expansión para controlar virus humanos.

Hace años empecé a preocuparme por la privacidad y los datos y hoy me preocupo de cómo no comprometer nuestras libertades mientras ponemos la tecnológica a la disposición de la salud de todos.

Hace años empecé a innovar en proyectos tecnológicos que impactasen de forma positiva la vida de cientos de millones de personas, en particular desarrollando terapias y medicinas digitales que hoy ayudan a nuestra salud mental y adicciones tecnológicas.

Hace años empecé largos retiros de meditación en silencio y hoy me encuentro encerrado en uno de ellos, en casa como todos nosotros, pero con herramientas nuevas para gestionar el viaje emocional de este aislamiento que pensaba nunca usaría.

Y cuando pienso en el por qué de esta sensación, me doy cuenta de que desde hace muchos años he estado trabajando en prepararme y preparar a las organizaciones con las que he trabajado para el futuro, en intentar anticiparme a través de la innovación para poder estar listo y aprovechar de forma ágil los cambios.

Como si una señal débil pero latente me hubiese estado constantemente recordando que lo único seguro es que las cosas van a cambiar, más rápido de lo que nos imaginamos.

El futuro no se produce de una forma lineal, proyectando el mañana como una ligera variación del hoy. Los cambios son mucho más radicales, repentinos y cuestionan todo cada vez más rápido. Son los que están preparados para innovar, ser resilientes al cambio, adaptarse rápido, y dejar hábitos antiguos los que salen adelante, no los mejor preparados en una área de negocio o conocimiento.

Y no nos faltan desafíos. Hay mil millones de personas que quieren tener electricidad, millones de personas carecen de agua potable, las pandemias ponen al mundo en jaque, el clima está cambiando, la democracia esta siendo retada, y la demencia o otras enfermedades degenerativas nos afectarán a todos si vivimos lo suficiente.

Con esta crisis el futuro va a llegar antes. Las inversiones que se proyectaban en un futuro distantes, se aceleraran. Y no me refiero a los cambios tecnológicos, que también — donde la digitalización se precipitara de forma considerable, sino a los sociales y el impacto de nuestras actitudes con el planeta y las personas.

Durante esta crisis me ha sorprendido de forma positiva el retorno repentino a la ciencia y los científicos y su capacidad de comunicar cosas complejas. La importancia de tomar decisiones basadas en datos y conclusiones validadas — no fake news. Con sesiones informativas de gobiernos acompañados hombro a hombro de investigadores ayudando en la toma de decisiones importantes. Donde ya no es la voz más popular o la más alta la que más se escucha, sino la de más rigor, y conocimiento.

También me ha sorprendido el papel de la Inteligencia Artificial (IA). La IA ha sido la gran revolución de la ultima década. La IA aprende a percibir nuestro entorno para sobre esa base, hacer predicciones o recomendaciones y así mejorar nuestra vida. Y sin embargo, durante esta crisis se ha quedado coja por la falta de datos, en particular en su capacidad de poder anticipar esta pandemia y su evolución. La IA es tan buena como los datos que tiene, pero cuando no hay referencias pasadas o falta de datos, la IA esta ciega y muestra sus limitaciones a pesar de su gran potencial para poder seguir ayudando nuestro planeta.

Es sorprendente ver también la emprendeduria brillando estos días en muchos sectores de la sociedad, con comunidades que se auto gestionan para imprimir respiradores, educar a los niños, enviar comida a los más necesitados, y reconfigurar fabricas para crear mascaras.

Esa cultura de innovación, esa velocidad del mundo digital tendrá que replicarse también a nivel global y en los gobiernos. Convirtiendo países, regiones y ciudades en vibrantes laboratorios y plataformas de innovación, emprendeduria y experimentación coordinados para prototipar nuevas ideas rápido, y en ultimo termino encontrar las respuestas y soluciones adecuadas.

En un mundo donde nadie puede predecir nada, solo la experimentación, la evolución continua, una actitud ágil de diseño, prueba, y iteración nos permitirá navegar estas incertidumbres. Y no los comités, ni los grandes planes a años vista.

Este es un evento singular, pero no aislado. Las disrupciones pasan y seguirán pasando cada vez más rápido.

Todos nos preguntamos cómo será el futuro cuando salgamos de nuestras casas. ¿Cómo vamos a trabajar, socializar, hacer negocios, viajar, aprender, cuidar a los enfermos? Cuando volvamos, la normalidad será distinta. Probablemente las clases y la educación no serán completamente online sino presenciales para que los niños aprendan a interactuar entre ellos, no habrá que redefinir el mundo de la logística porque el transporte se reanudara, no habrá que reinventar la alimentación online porque saldremos a comprar a nuestros mercados otra vez.

Pero si viajaremos menos por negocios, habrá más convenciones virtuales y menos físicas, desarrollaremos unos protocolos sanitarios para poder montar en un avión o entrar en un país de forma más rápida, las juntas de accionistas serán más virtuales, la inversión en IA y salud despuntara, veremos juicios y legisladores virtuales que aumentarán la eficiencia de nuestro sistema.

Y también veremos como el valor de las cosas y en qué lo depositamos cambiará. Quizás en comunidades que se ayudan entre ellas y a otros, en sistemas más distribuidos, y enfocándose en el cuidado de las personas.

Este parón es una gran ceremonia donde todos estamos volviendo a reconectar con lo que es verdaderamente importante.

Y una cosa es segura, el mundo no se puede permitir esta situación de forma repetida.

Algunos de estos desafíos son antiguos. Otros han emergido de repente debido a la pandemia, y muchos más ni siquiera hemos comenzado a comprender. Pero tenemos muy buenos medios para enfrentar esos desafíos con soluciones a favor de todos. Tenemos las tecnologías, IA, robótica, sensores, edición genómica, computadoras cuánticas, renovables. Tenemos nuevas herramientas digitales para que las comunidades trabajen juntas hacia un propósito común y sostenible. Y en la última década hemos desarrollado nuevas metodologías muy sofisticados para innovar con éxito.

Sin embargo, la innovación en la mayoría de las organizaciones sigue siendo estos días marginal; no es lo suficientemente ambiciosa, radical u orientada a un futuro que ya está aquí para resolver estos grandes desafíos y oportunidades. La innovación es ahora un elemento esencial para la supervivencia y la resiliencia.

Hoy muchos líderes sienten que están deambulando por una casa embrujada, perdidos en la oscuridad, sin una forma de ver claramente qué hay a la vuelta de la esquina. Temerosos del próximo gran susto toman malas decisiones, ninguna en absoluto, o peor, tratan de regresar con la esperanza de recrear el mundo pasado. Nuestro trabajo es accionar el interruptor, encender las luces e iluminar el camino hacia adelante.

En un momento histórico con miedo y pánico, el mundo necesita nuestra creatividad, energía, capacidad de innovar y reinventarnos, nuestros corazones y nuestra luz colectiva para brillar, más que nunca. El mundo necesita nuestras grandes ideas.

Es imperativo que nos preparemos para el futuro, empezando hoy. Porque sino será siempre demasiado tarde.

Ahora es el momento y la hora de elegir el futuro que deseamos, no el que nos espera.

Pablo Rodriguez

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Written by Pablo Rodriguez

Innovator and Computer Scientist | Google [X] Ambassador | Founded Alpha@Telefonica to do Moonshots | AI Author | Vipassana | http://www.rodriguezrodriguez.com/

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